La ingeniería social y la deconstrucción política de un pueblo-nación El error más frecuente y usual en el proceso de análisis de una manipulación fue, es y probablemente será el ubicar los orígenes de esa manipulación en el manipulador. Como una actitud casi automática, lo que suele hacerse es ponerse el foco sobre el dominante para explicar las causas de una dominación, invisibilizando en el intento el rol que juega el manipulado en la generación de las condiciones para su propio sometimiento. Esta descripción, que suena a tecnicismo sociológico, puede resumirse en que la reducción de las relaciones de fuerza en la sociedad a las categorías binarias y prosaicas de “víctima” y “victimario” entierra al subalterno —la presunta “víctima”— en un estado de sumisión todavía más profundo. Al ser manipulado y subalternizado por un poder y una manipulación que le son totalmente ajenos, porque todo es siempre obra exclusiva de quien manipula, de quien domina, el de abajo queda de una vez y...
«Para vivir falta ser una bestia o un dios –dice Aristóteles-. Falta un tercer caso; es necesario ser lo uno y lo otro». Nietzsche